viernes, 23 de octubre de 2009

Si es de semiótica soviética, hablemos entonces de Mijail Bajtín


En la antropología norteamericana reciente la expresión dominante es el posmodernismo; y es imposible realizar una visión de conjunto del movimiento posmoderno sin hacer alguna referencia a Mijail Bajtín. Bajtín fue lo que podríamos llamar un crítico literario y un semiólogo en el sentido que tiene en la Unión Soviética esa especialización profesional. Al igual que Vladimir Propp, había conseguido elaborar una serie de marcos de análisis y de conceptos que brindaban una cierta cobertura semiológica al pensamiento marxista, o quizá al revés.

Las más importantes obras de Bajtín son: La Cultura Popular en la Edad Media y el Renacimiento: El contexto de François Rabelais, El signo ideológico y la filosofía del lenguaje, Estética de la creación verbal y Problemas de la poética de Dostoievski (1929)

Bajtín enfatizó antes que nada el carácter no subjetivo e interactivo del lenguaje y propuso pensar en él en términos de situaciones discursivas específicas; para él no existían palabras y frases neutras, monológicas, privadas: todo está cargado de intenciones y acentos. De allí se desprende todo un conjunto de conceptos destinado a caracterizar aspectos del contexto y de la interacción lingüística.

Bajtín es sin duda el fundador de la dialógica, que es algo bastante diferente de la dialéctica, aunque guarda alguna relación escondida con ella. La dialógica de Bajtín se opone a la concepción monológica del lenguaje, la cual separa a las expresiones del contexto dialógico en que ocurren. Según la dialógica, cualquier expresión, por autónoma o completa que parezca, no es otra cosa que un momento de un diálogo, un fragmento en el proceso continuo de la comunicación verbal o intertextual.

En la analítica de Bajtín, los contenidos connotativos de un signo no están dados de una vez y para siempre. Cada sector social impone a su lenguaje acentos diferentemente orientados que se intersectan con los signos. El signo llega así a dinamizarse y a constituirse en terreno de la lucha de clases. La multiacentuación social del signo se opone así a la idea que los etnometodólogos e interaccionistas simbólicos tendrían del proceso de construcción del significado, donde éste es resuelto en términos de una negociación entre iguales. La multiplicidad bajtiniana de los significados proviene entonces no de una inestabilidad inherente al lenguaje, sino de la función del discurso como campo de fuerzas de un choque de intereses.

Tomado del documento ELEMENTOS DE LINGUISTICA Y SEMIOTICA escrito por Prof. Carlos Reynoso.

CATALINA

1 comentario:

  1. Buenas noches compañera

    Me parece que tu aporte está muy interesante y nos ayuda ampliar más nuestros conocimientos acerca del tema.
    Es de rescatar: “Bajtín enfatizó antes que nada el carácter no subjetivo e interactivo del lenguaje y propuso pensar en él en términos de situaciones discursivas específicas; para él no existían palabras y frases neutras, monológicas, privadas: todo está cargado de intenciones y acentos. De allí se desprende todo un conjunto de conceptos destinado a caracterizar aspectos del contexto y de la interacción lingüística.”

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